pasada la borrasca volveremos a situarnos y a trazar el rumbo adecuado para "arribar" (llegar al puerto), y "al mal tiempo buena cara".
¿Te resulta un tostón?, si te cansas lo dejas o lo tiras al Ebro que a la mar llega. Las palabras que no entiendas bien, las anotas y las preguntas a algún navegante.
El profesor de la Escuela de Sancti-Petri, es un experto marino, navegó durante muchos años como mercante, luego se pasó al Cuerpo General y se hizo marino de guerra y en sus horas libres prepara a los que quieren sacar el título deportivo en sus distintas categorías: Patrón de Embarcaciones de Recreo, Patrón de Yate y Capitán de Yate. Está claro que es un auténtico enamorado de la mar; él dice que hay cuatro marinas, (además de las que tienen ese bonito nombre) que deben considerarse en igualdad de respeto e importancia: la Mercante, la de Guerra, la de Pesca y la Deportiva y creo que tiene razón pues la mar no entiende de títulos ni entorchados y solo acepta de buen grado a quien no intenta luchar contra ella. Así se tragó al Titanic, a petroleros y a quien ponga resistencia a su inmenso poder. En cambio, pequeños veleros de pocos metros de "eslora" (el largo) cruzan los océanos y dan la vuelta al planeta. La pericia del patrón y tripulación es el mejor seguro para arribar sanos y salvos. Llega nervioso el marinero tartamudo al "puente de mando" diciendo: "¡Mi Caaapipitantan el baaarcoco zozozobrabra!. El Capitán contesta: "Bueno hombre, no te preocupes, mas vale que zobre y no que falte".
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